jueves, 8 de enero de 2009

VICTORIA

VICTORIA

"REUNIÓN SANTA"

Joel 2:12-13

"Pero ahora —lo afirma el Señor—, vuélvanse a mí de todo corazón. ¡Ayunen, griten y lloren!" ¡Vuélvanse ustedes al Señor su Dios, y desgárrense el corazón en vez de desgarrarse la ropa! Porque el Señor es tierno y compasivo, paciente y todo amor, dispuesto siempre a levantar el castigo. Tal vez decida no castigarlos a ustedes, y les envíe bendición: cereales y vino para las ofrendas del Señor su Dios. ¡Toquen la trompeta en el monte Sión! Convoquen al pueblo y proclamen ayuno; reúnan al pueblo de Dios, y purifíquenlo; reúnan a los ancianos, a los niños y aun a los niños de pecho ¡Que hasta los recién casados salgan de la habitación nupcial! Lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y digan entre el vestíbulo y el altar: "Perdona, Señor, a tu pueblo; no dejes que nadie se burle de los tuyos; no dejes que otras naciones los dominen y que los paganos digan: ‘¿Dónde está su Dios?’'' (Joel 2:12-17)

Introducción

Estuve en una reunión donde debido a la humildad que sentimos ante Dios. Yo mismo experimenté mucha pena por mis pecados como nunca antes, Nunca olvidare esos momentos. Pero creo que el Señor nos dice: "dondequiera que haya hombres, mujeres, niños, o niñas que estén dispuestos a llegar a mi presencia y humillarse ante mí — Yo me mudare a sus corazones. Les mostraré sus pecados que los están esclavizando. Quebrare sus corazones. Los llenaré con mi Espíritu. Sanare las relaciones que tienen rotas. Sanare sus heridas. Les revelaré mi gloria de tal manera que nunca serán iguales".

¡Es verdad! ¡No hay nada especial en un determinado lugar a menos que Dios ocupe ese lugar!

1. LA SANTIDAD DEL PODEROSO DIOS

En el libro del profeta Joel, el Señor llama a su pueblo diciendo: "Pero ahora —lo afirma el Señor—, vuélvanse a mí de todo corazón. ¡Ayunen, griten y lloren!". (Joel 2:12)

A través de las Escrituras, aquellos que buscan al Señor preguntan, "¿Quien como tú, Oh Señor?" Dios esta envuelto en una majestad esplendorosa. El es santo en todos sus caminos. Es justo más allá de nuestra comprensión. Es poderoso sobre todo lo creado.

En el libro de Apocalipsis, Juan buscaba al Señor cuando Jesús se le apareció con toda su Gloria: "Me volví para ver de quién era la voz que me hablaba; y al hacerlo vi siete candelabros de oro, y en medio de los siete candelabros vi a alguien que parecía ser un hijo de hombre, vestido con una ropa que le llegaba hasta los pies y con un cinturón de oro a la altura del pecho. Sus cabellos eran blancos como la lana, o como la nieve, y sus ojos parecían llamas de fuego. Sus pies brillaban como bronce pulido, fundido en un horno; y su voz era tan fuerte como el ruido de una cascada. En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos. Su cara era como el sol cuando brilla en todo su esplendor. Al verlo, caí a sus pies como muerto. Pero él, poniendo su mano derecha sobre mí, me dijo: "No tengas miedo; yo soy el primero y el último. (Apocalipsis 1:12-17)

Para entender quiénes somos, debemos comprender quién es Dios en toda su Gloria, majestad y santidad. Si lo hacemos El se nos revelara a cada uno de nosotros con toda su Gloria. Quiero invitarte a unirte a mí a buscar al Señor en oración.

Jugamos muchos juegos, somos más creativos al ser confrontados con las muchas formas que ya hemos fallados. Encontramos a alguien que ya ha fallado peor que nosotros y entonces nos comparamos a ellos. Justificamos nuestros fracasos, nuestros pecados, razonando el porqué lo hicimos. Negamos nuestro pecado cuando decimos que no hemos herido a nadie. ¡Estamos mal! Nuestro pecado aflige a Dios. Dios llora sobre nuestro pecado, cuando rehusamos salir del camino en el cual hemos herido a aquellos que nos rodean, pero lo más importante, la manera en que herimos a Dios.

¿Estás listo a pararte delante de Dios y permitir que su santidad te permita ver el verdadero yo que tu tienes? ¿Vas a permitir que el Padre te quite el velo de tu pecado y comience su obra hoy? Quiero invitarte a presentarte ante Su presencia por los próximos minutos y permitir que El te muestre las cosas de tu vida que has tratado de olvidar, poner a un lado, y justificar para que El pueda limpiar, renovarte. ¿Quieres unirte en oración?

CANTAR UN HIMNO DE ALABANZA

TIEMPO DE ORACIÓN

NUESTRA NECESIDAD

Le hemos fallado a nuestra familia. Le hemos fallado a nuestros hijos. Le hemos fallado a nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Le hemos fallado a Dios. El enemigo nos esta comiendo por el lado del cáncer de la culpa, condenación, y acusaciones constantes. ¡Lo que necesitamos es perdón! Quiero invitarte a humillarte ante el trono de Dios y expresar tu necesidad hoy. Tú sabes lo que te esta molestando. Permite que el Padre haga silencio tus llantos que te despiertan en medio de la noche. Permite que el Príncipe de Paz trabaje tu alma con Su presencia. No tienes que temer cuando expreses tu necesidad de perdón al Padre. El oye tu llanto, perdonara tu pecado, va restaurar lo que el enemigo te robó, va a suplir tus mas profundas necesidades. El salmista escribió en Salmos 32: "Feliz el hombre que no es mal intencionado y a quien el Señor no acusa de falta alguna. Mientras no confesé mi pecado, mi cuerpo iba decayendo por mi gemir de todo el día, pues de día y de noche tu mano pesaba sobre mí. Pero te confesé sin reservas mi pecado y mi maldad; decidí confesarte mis pecados, y tú, Señor, los perdonaste". (Salmos 32:2-5)

CANTAR UN HIMNO: "TAL COMO SOY"

Oración

NUESTRA ESPERANZA

Mi esperanza no está basada en mi habilidad para vencer el pecado que me atormenta. No está basada en mis habilidades o genio, mi competencia, o mis posesiones — Mi esperanza está fundada en mi Cristo resucitado, en El solamente. Su amor es suficiente para mí. Su gracia me ha libertado. Su compasión me ha levantado cuando estoy en lo más bajo. Su santidad me ha puesto en terreno sólido. Estoy confiando en el amor de Jesús por mi, me ha curado, me ha perdonado. Quiero estar igual que el salmista al proclamar mi gloriosa esperanza en el Salvador:

"Señor, muéstrame tus caminos; guíame por tus senderos; guíame, encamíname en tu verdad, pues tú eres mi Dios y Salvador. ¡En ti confío a todas horas! Señor, acuérdate del amor y la ternura que siempre nos has manifestado, pero no te acuerdes de mis pecados ni del mal que hice en mi juventud. Señor, acuérdate de mí, por tu gran amor y bondad". (Salmos 25:4-21)

En la gran misericordia de Dios nos ha dado un nombre Nuevo, un Nuevo nacimiento, una nueva esperanza que nunca nos va defraudar. "Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo por la resurrección de Jesucristo. Esto nos da una esperanza viva, y hará que ustedes reciban la herencia que Dios les tiene guardada en el cielo, la cual no puede destruirse, ni mancharse, ni marchitarse". (1 Pedro 1:3-5)

Quiero invitarte, a confesar tu esperanza para hoy y por cada día en Jesús, nuestro Salvador resucitado. ¿Quieres unirte conmigo para alabar a nuestro Rey?

LLAMADO

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